martes, 18 de junio de 2013

Yo quiero ser BRAVA como una patata


La verdad es que nunca he sabido definir si soy cobarde o valiente. Seguramente quien me conozca superficialmente pensará que soy valiente, porque por alguna razón que aún no comprendo la gente tiene la impresión de que voy del palo/ tengo un par de ovarios. Pero en el fondo sé, y me toca mucho la moral, que soy una auténtica cobarde. Y no lo digo porque si veo un ataque en la calle no vaya a defender a la víctima (la verdad, no tengo ni idea, pero una vez una amiga metió el pie entre tren y andén y me quedé paralizada sin ayudarla…. Y mira que lo dicen veces de megafonía: "Pareu atenció a la separació entre el tren i l'andana, quan sentiu el senyal acústic no entreu ni sortiu del tren, és perillós". Pero ella tuvo que meter toda la pezuña dejándome como consecuencia la bronca de una mujer mayor que pensó que quería que mi amiga muriera arroyada por el ferrocarril), no, no lo digo por eso, lo digo por algo mucho más sencillo. La vida está hecha para vivirla, ni más ni menos. He aprendido últimamente que aquí estamos de paso y que si siempre hacemos lo que no nos apetece porque le viene bien a otro o “por si acaso”, moriremos sin haber aprovechado nuestros momentos. Así que cada vez paso más del mundo y hago lo que me apetece. Pero no con lo importante.

Y sí, hablo de eso, de VIAJAR. En la vida hay varias cosas que me llenan, pero la que más lo hace es meterme en un avión con una mochila y aparecer en cualquier sitio para hablar con cualquier persona desconocida de cualquier taxi pagado en soles o en dírham. Eso es lo que me da vida. Qué pija, pensarán algunos, pero lo que necesito no es tirarme debajo de una palmera (que tampoco le haría un asco), lo que necesito es mezclarme, impregnarme de todo lo nuevo y aprender. Y a veces estoy en el sofá y pienso: “déjalo todo, compra un billete y lárgate”. Y a continuación me vienen todos los “peros” y todos los “es que si…”: es que si supiera que al volver puedo conseguir trabajo…. Es que si va mal y no tengo dinero para volver…. Es que si me echan del trabajo y cuando vuelvan ya no me aceptan…(bueno, eso no es un “es que si”, es un hecho seguro , lo que me recuerda al “me siento seguro” Iker Casillas en ese anuncio de mierda que ojalá censurasen por daños a l@s  espectadores. Y ya de paso que quiten el del anticaspa. Iker, en serio, estás buenísimo, pero la publicidad no es lo tuyo, corazón).

¿Sabéis esos sueños que se te repiten una y otra vez? La gente sueña que intenta correr y no avanza, o que las abejas le pican, o que se acuesta con hombres de más de 60…(juro que no soy yo). Yo he soñado veinte millones de veces lo mismo: me voy de viaje y cuando llego al aeropuerto me he dejado la maleta o sucede cualquier otro altercado que me deja en tierra. Hola reina, ¿necesitas un libro descifra-sueños para eso? Está claro que NO.

Toooootal, que de repente me he mirado al espejo y me he dado cuenta de mi manera-basura de encontrar el sentido a mi vida. En realidad no me he mirado al espejo, pero queda bien siempre decirlo. Pues eso. En paro, decidí cambiarme el peinado y hacerme flequillo. Uh, qué malota, cambio de vida. En enero seguía en paro y sin viajar y…bueno, me teñí de pelirroja. Y luego encontré un trabajo… quedan dos semanas para que termine y…en fin, eso, que se acabaron los retos, el sentido de la vida… así que me he hecho el alisado de Queratina. Ayer era la más feliz del mundo y hoy se me ha encrespado el pelo y me he traumatizado. ¿Por qué? ¿Por los 100 pavos? Vale, un poco, pero sobre todo, lo más importante, porque se ha encrespado el sentido el sentido de mi vida.

Así que, ¿sabéis? Si queréis viajar, viajad, porque un tinte no te va a quitar el mono, sólo te tendrá entretenida mientras tanto. Si queréis a esa persona, decídselo, porque la vida es muy corta y no estamos pa gilipolleces. Y si queréis salir a la calle con una ropa horrible q os encanta, hacedlo. Para cobardes ya estoy yo, pero vosotras no lo seáis!

Que me voy del tema, y que mirad, sé que soy una cobarde en lo esencial pero una valiente en otras pequeñas cosas, así que cerrad ese maldito agujero que tenéis en medio de la cara si es para criticar y pensad que a veces puedo ser como Mérida. No por el pelo encrespado, sino porque el día que a mí un hombre me diga lo que tengo que hacer va a temblar algo más que los fuegos fatuos. Y así, si lo pensáis el resto, quizá algún día me lo vaya creyendo hasta que consiga ser como ella, ser BRAVE!