domingo, 7 de julio de 2013

¡Qué amigas!

Dicen que las cosas pasan por algo, y cada vez estoy más de acuerdo estando completamente en desacuerdo. Me parece una interpretación bonita y mágica del simple hecho de que de todo lo malo sale algo bueno. Eso es una verdad como un templo. A veces está un poco desproporcionado, y lo malo es megahorrible mientras que el beneficio es una miga de pan. Pero muchas veces está equilibrado o incluso el beneficio es mayor y por eso la gente "aprofita l'avinentesa" para crearse un mundo de unicornios en el cual eso ha pasado porque el destino buscaba algo mejor para él/ella. Cada un@ que escoja la opción que más le guste.

Demos la interpretación que demos, la cuestión es que no hay fórmulas de vida perfectas. Hoy estaba aprovechando que he empezado las vacaciones y me aburro para pensar. Y estaba reflexionando porque me he dado cuenta de que mi alrededor (y quizá también el tuyo) siente un poco de lástima por el simple hecho de que no comparta mi vida con un hombre. Me sorprende que la gente no llegue a entender que realmente se puede ser feliz así, yo lo soy, pero supongo que el resto de mundo piensa que es una coraza que te pones para ser la más chula y presumir de soltería descocada. Ni presumo ni dejo de presumir, la vida son etapas y hay que saber exprimir cada una al máximo, con sus ventajas y sus inconvenientes.

Ahora vamos a relacionar mi primer párrafo con el segundo. Tú eres soltero desde que te conocí. De hecho, desde siempre (mierda, no puedo evitar tener el alma negra). Yo soy soltera desde que te conocí. Casi podríamos decir también que desde siempre o, por lo menos, desde que soy semi-adulta (aún no me considero adulta del todo). Y podría estar lamentándome bajo el edredón porque nadie me quiere y qué dura es la vida y por qué no tendré un cuerpo de escándalo para que me adoren y me lleven a la playa a la luz de la luna y me pidan matrimonio metiendo una anillo en un maldito tiramisú fuerte de café. Pero no lo hago, primero porque no me gustan los tiramisús fuertes de café, segundo porque no quiero anillos de matrimonio y tercero porque no sé si algún día me apetecerá ver la luna en la playa, pero ahora mismo no me apetece. Pero incluso si me apeteciera vivir todo eso y lo llorase bajo el edredón nórdico que hasta en julio sigue aquí, incluso así sabría que hay una razón para todo esto: que TODO PASA POR ALGO o bien que TODO TIENE SU LADO POSITIVO. Ese lado positivo eres tú, o más bien lo que he sacado de haberte conocido en profundidad. Y no es una consecuencia equilibrada ni modo miga de pan. Más bien diríamos que la comparación sale a1%-99%. El 1 sería tener pareja y el 99 no haberla tenido para poder descubrir esto.
Vamos, que si cuando nos conocimos tú o yo hubiéramos tenido un macho sudoroso en nuestra cama todas las noches, jamás habríamos llegado a tener la relación que tenemos. Sí, seguramente seríamos amigas, saldríamos de vez en cuando y derivados. Pero el hecho de haberte tenido semana sí semana no durmiendo en mi casa ha hecho que ocupes un espacio muy particular en mi vida que ahora, pase lo que pase y aunque no volvamos a dormir juntos jamás, el espacio está hecho y el vínculo bien forjado. Para mí ha sido un tipo de vínculo nuevo, diferente al resto y que me ha aportado un montón de cosas. Quizá falte el sexo, pero ¿acaso algún hombre sobre la faz de la tierra bailaría conmigo como si no hubiera mañana y sin ningún tipo de vergüenza en las mañanas de sábado? ¿Habría acabado jugando a pistolas de agua en una discoteca y rompiéndole un cinturón a un tío para que me devolviera mi pistola de sus testículos? ¡NO! Y lo que necesitaba en mi vida era justo eso y no otra cosa.

La vida son etapas, mi última etapa ha sido totalmente chévere, he cambiado, me he dejado volar sin pensar en lo que digan l@s demás, he disfrutado mucho de las más grandes chorradas y me he vuelto un maricón. No sé qué vendrá ahora, ¡pero que nos quiten lo bailao!

¡Te Kieranu Reeves!