Sé que hay gente a la que
le gusta cumplir años. No es mi caso. Este año en vez de un cumple he tenido
que hacer un funeral, porque he dejado atrás la flor de la vida, los
veintipico, esa maravillosa y desenfrenada década de hiperactividad y
aprendizaje. Y como estaba en modo mamá-dame-prozaac, recordé aquello de que
ser feliz o estar triste depende, en gran parte, de uno mismo, así que decidí
buscar algo positivo a las patas de gallo, las ojeras cada vez más marcadas y
las resacas que empiezan cuando todavía vas borracha. Creo que he encontrado 30
por los que ha valido la pena vivir 29 años completos. Si me muero mañana,
aunque me hayan quedado muchas cosas por hacer, sabré que he cumplido los
mínimos, y eso me mola.
1. Ver desovar tortugas en la playa y sentirme en total armonía con la Pachamama.
2. Cantar a dúo
en un karaoke nicaragüense la tortura de Shakira y Alejandro Sanz y salir
escoltadas del lugar.
3. Pasar una
Nochevieja en la playa pero conseguir con unas monedas que nos dejen una ducha,
una olla y un cucharón para tocar las campanadas.
4. Llamar hijo
de puta a Mas en su cara.
5. Gritar
“Teniente Dan” en una zona bombardeada de Vietnam.
6. Caminar tres días hasta ver aparecer el MachuPicchu.
6. Caminar tres días hasta ver aparecer el MachuPicchu.
7. Llorar en
manifestaciones. Luchar por lo que es justo.
8. Ver un
concierto de Extremoduro antes de morir (ellos).
9. Cumplir el
sueño adolescente de tocar a tres Backstreet Boys sin ser adolescente.
10. Haber tenido el privilegio de ser quien acompañaba a mi abuelo en su último respiro.
10. Haber tenido el privilegio de ser quien acompañaba a mi abuelo en su último respiro.
11.Vivir la
sensación única que nace cuando un niño con autismo conecta contigo y te
sonríe.
12.
Contemplar
las cataratas de Iguazú sin un solo turista a tu alrededor.
13.
Volver de una
fiesta de jubilación con el sujetador en el bolso.
14. Vivir sola. Compartir piso.
14. Vivir sola. Compartir piso.
15.
Coserme una
oreja sin anestesia.
16.
Sincronizar
el asma con un amigo en un castillo hinchable en una discoteca
17.
Ver ballenas,
monos, perezosos, serpientes o delfines en su hábitat natural.
18.
Acompañar a
un niño en el hospital y que venga una persona inesperadamente con dos salteñas
para que cenes y no estés sola.
19.
Darlo todo
bailando. Todo.
20.
Ser tía.
21.
Disfrutar
aprendiendo.
22.
Beneficiarme
a un mulato.
23.
Vivir una
boda auténtica en un pueblecito cubano y tener que hacerme pasar por la novia
para que alguien no pierda su taxi, literalmente.
24.
Estar siempre
rodeada de muchos amigos, muchos y de los buenos, hasta el punto de llegar al
estrés social.
25.
Vivir la
experiencia de querer y ser correspondida, feliz. Vivir la experiencia de ser
soltera, feliz. Sentirme infinitamente libre de los dos modos.
26.
Viajar siempre
de la manera menos guiri posible, comunicarme mediante dibujos con quienes
viven allí, no parar de aprender compartiendo con personas totalmente
diferentes.
27.
Dedicarme a
lo que me dedico.
28.
Ver el
amanecer en el Sahara y el atardecer en Atacama.
29.
Vivir en
diferentes pueblos y ciudades.
30.
Encontrar
quién soy una y otra vez, porque no somos estáticos. Sentirme orgullosa de la
personalidad que he construido gracias a quienes me rodean.
Me he dejado mil y me faltan por cumplir mil más, pero de momento creo que cumplo con los criterios mínimos para ir hacia la luz y no quedarme como fantasma en el limbo de las cosas pendientes.
Y ahora me voy a hacer
cosas de señora mayor.