lunes, 10 de febrero de 2014

21 MOTIVOS POR LOS QUE ES MEJOR VIVIR CON UN AMIGAY QUE CON UN NOVIO


Nos acercamos a los 30 y los grupos ya suelen tener la misma organización social: unas cuantas parejitas, un soltero de oro que arrasa los fines de semana y una soltera de oro sumergida en el mundo homosexual. No, no es que se haya hecho lesbiana, es que es una Mariliendres acabada que ya no sabe qué es ligar en una discoteca pero sabe cómo huele el Popper. Si eres una de ellas, espero que saques algo de leer las 21 ventajas de vivir con un marica. ¡Ahí van!:


1.       Vives acompañada pero independiente. Tú haces tu vida y él la suya. Cuando queréis juntos, porque sois muy amiguis, o cuando queréis separados.  Nada es un problema, no tienes que estar pendiente de nadie y puedes hacerte la cena para ti sola o, si te apetece, para los dos.


2.       Puedes ver películas románticas sin que se te acuse de moñas ni te ofrezcan sexo para que te pierdas el final. Vale, sí, estaréis pensando que el sexo es mejor que la peli. Pero si vivís con vuestro amigay podéis ver ese final, lo que puede implicar acabar Love Actually bailando "All I want for Christmas is you" como si fuerais Mariah Carey pero intentando no ahogaros con vuestros propios pechos. Es posible, incluso, que vuestro amigo se encargue de vuestros pechos.

3.       Limpiar deja de convertirse en un mar de angustias. Sí, aún con el ruido del aspirador se os oye criticar entre dientes acerca de lo putos vagos que son vuestros novios que, ¿es que no se dan cuenta que estáis limpiando mientras ellos juegan al ordenador? Cuando vives con tu amigay, en vez de renegar, agarras el tubo del aspirador cual micro y acabas haciendo una coreografía de Britney Spears que incluye pasos arrastrándote por el suelo (si está ya limpio, mejor). Tampoco quiero daros falsas esperanzas, limpiar siempre será una puta mierda, a nadie le gusta, sólo que se hace más llevadero.

4.       Seamos realistas, tienes mucho menos sexo, pero puedes compartir muchas más experiencias de “al día siguiente”, puedes encerrarte en la habitación mientras tu amigo se folla a otro y que cuando salgan tengas puesta “L’estaca” de Lluís Llach, canción muy apropiada para el momento.

5.       Puedes recordar vídeos de los Backstreet Boys sin que te juzguen ni te traten de Infanta Elena. Tu amigay entiende el fenómeno fan, sobre todo cuando se trata de estrellas del pop, y jamás pensará que eres un ser inferior. Puede incluso que saque entradas para un concierto de los BSB y te acompañe.

6.       Los videojuegos dejan de ser motivo de discusión para pasar a ser eso tan guay que él tiene y que te puede prestar. Normalmente van acompañados de veinte figuras de la princesa Peach y Luigi, pero eso ya depende de si además de marica es un friki.

7.       Puedes tener la casa llena de monerías tipo cortina de baño de Blancanieves, un Elmo gigante en el salón, cuadros de la Bella Durmiente… el mundo Disney une, no separa.

8.       Tu casa puede ser tipo comuna hippie, puedes ir en pelotas cuando te salga del higo sin que te estén mirando lascivamente o estén pensando en cuánto has engordado porque, creedme, por mucho que hagáis jamás os acostaréis con él, así que una lorza más o una lorza menos no puede preocuparle demasiado (a no ser que sea un racista antigordas, pero entonces te recomiendo que no seas más su amiga).

9.       Te cortas menos. Mira, por mucha confianza que tengas con tu pareja, sabes que es tu pareja y que tienes que seguir gustándole. Y además hay ciertas cosas que no harás por conservar tu dignidad como mujer. Por ejemplo, hacer un Miley Cyrus, que en mi casa es salir de la ducha en bolas y chupar un destornillador, deja de convertirse en algo que convierte a la mujer en un objeto sexual, para pasar a ser una actuación simpática ante un marica sentado en el sofá que se ríe de ti. Eso une.

10.   Podéis poneros mascarillas para la piel juntos. A veces también maquillaros, pero recuerda decirle que las toallitas del culo no se meten en el ojo.

11.   Si vives con tu novio no entiende que necesites tanto espacio para ropa. Si vives con tu amiga, te roba la ropa. Si vives con tu amigay, te aconseja sobre qué ponerte y además no te la roba. ¿Qué más se puede pedir?

12.   Podéis compartir series como Mujeres Desesperadas juntos y comentarlas como marujas.

13.   No hay sexo, pero hay juegos. Por ejemplo, el “¿Culo o coño?” en el que él debe acertar el agujero (pijama puesto, claro, si no sería muy fácil). Recordadles que tengan cuidado, a veces piensan que no tenemos sensibilidad en la zona. También es entretenido reírse de los estados de ciertos tipos del Grindr.

14.   Los amigays traen más amigays, así que a veces las visitas conllevan cupcakes gratis.

15.   ¿Sabéis esos momentos que tienen los heteros en que están sentados en una silla aparentemente sin hacer nada? Pues no hacen nada, es cierto, sólo se quedan trabados (los heteros me lo han explicado últimamente). Pues eso con los hombres no heteros NO pasa. No tendrás que preocuparte por preguntarle: “¿En qué piensas?”. Sabe pensar y hacer otras cosas a la vez.

16.   Decir que no te tienes que tragar partidos de fútbol sería demasiado estereotipado, evidentemente ser gay no implica que no te guste el fútbol. Pero según mi estudio de mercado, es mucho más fácil acabar viendo un concierto de Kylie Minogue que un Barça-Madrid. No digo que sea mejor, porque no lo es, pero por lo menos es en DVD y si ese día dan tu serie no te la va a joder.

17.   Puedes hacer deporte en casa sin sentirte ridícula. Es más normal encontrarte con tu compi de piso intentando las coreografías de Beyoncé o siguiendo los ejercicios cardiovasculares de cualquier latina de Youtube. Y recordad, fans de Jane Fonda, estamos en el siglo XXI.

18.   Tienes toda la cama para ti. Puedes dormir en diagonal, en V o haciendo el pino sin que nadie te quite la manta.

19.   Tu compañero de piso entiende la escala cromática, sabe que hay veinte tipos de azul y eso facilita la comunicación.

20.   Las mañanas aburridas de domingo podéis ir a ver piernas a cualquier partido de fútbol local.

21.   Y lo mejor de todo, BAILAR. Puedes bailar como una zorra, como una ochentera o como Leonardo Dantés. Da igual, él va a estar bailando como tú o más y zorreando contra el marco de la puerta como si fuera la de Salvados por la Campana en Showgirls, así que de lo que menos estará pendiente será de ti. Recomiendo coreografías de Shakira con Calle 13. Dan mucho juego y permiten la interacción de ambos bailarines. Otra de las grandes es el “Sámbame” de UPA.


Bien, está claro que todo tiene sus inconvenientes, como que te abandonen a media peli cuando suena el Grindr o que te cuelguen calendarios de Cheryl Cole (que a mí me sigue sonando a Cherry Coke), pero… ¿acaso existe algo perfecto? Collateral damage.
¡Besis de fresa, amiguis!



Nota: cualquier parecido con un tópico sexista/homófobo/xenófobo/aracnófobo es puro fruto de vuestra imaginación.

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