domingo, 23 de febrero de 2014

FENÓMENO FAN


Mujeres que gritan como desesperadas, que se arrancan los pelos, que cantan fatal en las colas de los conciertos. Niñas que salen en los telediarios diciendo “Me ha atropellado el autobús el pie, pero me da igual porque he visto a Nick”. Podríamos decir que el fenómeno fan es algo contrario a la cordura y que atenta contra la dignidad de los individuos que lo practican. Pero no nos quedemos en la superficie, hay muchos tipos de fans. Están los casos extremos, como las del vídeo que tenéis más abajo (tengamos en cuenta la edad de las pobres chicas), o como la del pie atropellado, pero como en todo en esta vida, hay gente pa' to' y las cosas son relativas. Viví el fenómeno fan desde dentro, desde fuera, y ahora todo mezclado. Es por eso que quiero escribir unas líneas sobre el mismo, o me va a explotar la cabeza. :)
 

Empecemos por the beggining…Yo tenía 9 años, los Backstreet Boys sacaban su primer álbum, con un montón de singles que tod@s vosotr@s habéis oído a no ser que vivierais en una cueva o seáis muy jóvenes. Mi amiga y yo nos volvíamos crazy escuchándolos, viendo sus vídeos de conciertos, de entrevistas… Salió el segundo disco, Backstreet’s Back. Más singles, bailes, giras, histerismo colectivo. De los 9 a los 13 podríamos decir que eran lo que ocupaban casi todo nuestro tiempo. ¿Obsesivas? ¿locas? Yo simplemente lo vivía como algo que me encantaba, y si me encantaba ver un vídeo suyo, ¿por qué no iba a hacerlo? Claro, que nos enamoramos de ell@s. Los responsables del marketing lo hicieron muy bien. Nosotras éramos conscientes de que era Max Martin quien hacía las canciones, que la Superpop se inventaba las noticias y nos reíamos de lo que colgaban las fans en un muro de la revista dedicado al grupo. Pero eso no quitaba que fuéramos las mayores fans. Llegó un punto en que mi madre me comentó que quizá necesitaba un psicólogo. Fue porque tenía un sueño que se repetía: salían en la tele y no me daba tiempo a grabarlo. Sí, quizá estaba un poco loca del pussy, pero me consuelo pensando en que era joven y víctima del mercado musical (eso, y que ellos eran unos seres increíbles, hasta Concha Velasco se enamoró de ellos). Llegó MIllenium, un exitazo. En el concierto de Barcelona hubo casi 200 chicas atendidas por lipotimias y ataques de histeria en una noche. En fin, una locura, un fenómeno digno de estudiar que recordaba a "Alguien voló sobre el nido del cuco". La boyband ha vendido 130 millones de discos, me pregunto cómo debe de ser una vida en que desde tus 16 no puedes ir por la calle sin que te peguen un grito en la cara.
Luego hubo más álbumes, cada uno con menos ventas que el anterior. Ocho en total.
Vale,  tú de repente te haces adolescente y adulta, y poco a poco los vas dejando por Extremoduro, La Fuga, Estopa, María del Monte o quién te dé la gana. Compras los CD nuevos un poco por compromiso con ellos, pero no los escuchas. Los últimos directamente puede que ni los compres. Y así pasa el tiempo hasta que te has despegado de su presente, pero no de su pasado.
Pero entonces llegó el jueves pasado y, por cuarta vez, fui a su concierto (del último habían pasado 6 años) deseando que cantaran los temazos de los primeros discos o estaba perdida. Y así lo hicieron, después de anunciar que “íbamos a revivir 1.999”. Emoción, de nuevo el histerismo colectivo al salir al escenario (más moderadito), verte a ti misma con 12 años flipándolo, pero ahora con un poco de cabeza, menos gritos y espíritu crítico. Felicidad al comprobar que las coreografías volvían a ser las del 95, porque a ti las nuevas no te interesan, tú quieres las que hacían cuando todavía no tenían pelo en el pecho. Veía alguna que otra fan y pensaba: “uff, la gente no crece, qué pesadas estas fans”. Pero entonces la vida me dio un ZAS en toda la boca: acabó el concierto, salíamos hacia el coche y oímos al lado de la valla unas chicas que decían que estaba uno de los componentes, Howie. Dije: “Ya están, las típicas que ven al técnico de sonido y se creen que es un BSB. Vámonos.”. Pero no, ahí estaba ÉL, y se aproximaba. Y ese fue el momento en el que fui totalmente POSEÍDA POR EL FENÓMENO FAN y no-me-preguntéis-cómo en cuestión de tres segundos estaba la primera de la fila, con la mano fuera de la reja y cagada por si no tocaba la mía, así que gritándole (con voz de Manolo post-concierto): ¡¡¡¡¡¡¡¡¡HOWIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!
Sí, toda loqui, afónica, pero cumpliendo mi sueño de infancia que nunca creí posible: me dio la mano. Así pasó el rato, luego llegó AJ, haciendo spam con su fiesta a la que ya le dije que no podíamos ir por el tema de la crisis (por supuesto, pasó de mí). Por último llegó Brian, y eso ya fue una experiencia religiosa, y no lo digo por lo cristiano que es él. Saltamos, orgullosas, las fans del pasado, después de hacer mucho cachondeo y hacernos amigas del chico de carga y descarga que nos regaló unos papelitos en forma de corazón.
Quien no entienda el fenómeno fan, jamás comprenderá que para ti tenga importancia que te toque alguien la mano. Yo lo pienso y tampoco la tiene, porque no creo que tengan unos Backstreet poderes que regeneren las células ni nada por el estilo. Lo que sí que sé es que se lo debía a la YO del pasado. Por suerte me ha tocado con una edad con la que llegas a casa y te lavas las manos, en vez de amputártela y enmarcarla.
Lo mejor fue verme rodeada de tías como yo, de 30 años, esperando a que subieran los chicos a saludar, riéndonos de cada cosa que decíamos y de nosotras mismas, y con un pensamiento en común: si esto nos llega a pasar hace 15 años, nos da algo.
Sí, todas nos emocionamos porque supongo que aunque hubieran pasado los años nos reconciliamos con una etapa de nuestra vida y por eso sacamos la fan noventera que llevábamos dentro. Pero a la vez teníamos capacidad de razonar, incluso para que el frío nos hiciera irnos antes de que saliera Nick Carter.
Así que, mirad, yo también siento ganas de dar dos hostias a algunas gritonas cuando ven a los One Direction, pero desde el jueves he entendido que no tenemos que esconder las emociones más puras que salen de nosotr@s, y a quien no le guste, ¡que no mire! Siempre y cuando no llegues a estos puntos enfermizos….¡Dentro vídeo!
 
 
 
 

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