Calamaro es argentino, sí, y aunque siempre me han caído en gracia algunas de sus canciones, nunca he sido una fiel seguidora, empezando porque no tengo ninguno de sus álbums. Pero curiosamente me he dado cuenta de que me ha acompañado a lo largo de mi camino. Su "te quiero" me recuerda a la escuela de Educación Especial de Cusco, Perú. Su "sin documentos" me lleva a un momento vivido en un barco allá en el Titicaca, Bolivia. Canté "Flaca" en medio de un paraíso natural protegido en Costa Rica, al ritmo de la guitarra de un tico con los hoyuelos más simpáticos de América.
Este post no le interesa a nadie, lo sé!
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