jueves, 7 de abril de 2011

Abierto por alegría

Hoy es uno de esos sábados por la mañana en que tienes que madrugar para ir a una conferencia, así que te levantas un poco malhumorada, pero tres horas después estás deseando abrazar al conferenciante.

Carles Pallerada ha hablado sobre muchas cosas maravillosas. Ha sido un discurso precioso del que podríamos hablar horas y horas, pero sólo voy a destacar dos cosas.

1. La diferencia entre ilusión y sueño. Una ilusión es aquello que parece real, pero en realidad no existe. Un sueño es aquello que parece que no puede pasar, pero que es posible. El título de la conferencia era: "L'escola: generadora de somnis?". ¿Os imagináis quitarle el interrogante? Pues hay que hacerlo. L@s niñ@s tienen casi toda la información que quieren a su alcance... pero tenemos que enseñarles a soñar y a luchar por sus sueños. Me encantaría estar una discoteca y que alguien me preguntara:
- ¿De qué trabajas? (inciso: ahora se pregunta eso, porque ya no se puede preguntar si tienes fuego).
- Soy generadora de sueños.
¡¡¡¡WOW!!! ¡Generadora de sueños! ¿Puede haber un oficio mejor? La respuesta es NO.

2. Carles nos ha explicado una anécdota. Dicen que, cuando acabó la segunda guerra mundial, la noticia llegó un día a un pequeño pueblo italiano. Ese día los habitantes cerraron sus casas y tiendas y fueron a celebrar el acontecimiento a la plaza. En una tienda del pueblecito, había un cartel que decía: "CERRADO POR ALEGRÍA".
Carles nos hacía una propuesta: que en los colegios hubiera un cartel que dijera: "Abierto por alegría". Mi mente ha volado y he dejado de escucharle. Yo me he imaginado mi propia escuela abierta por alegría. Las aulas son amplias y están abiertas. El alumnado es de diferentes edades y con diferentes necesidades. Todo el mundo cabe allí, sea como sea. El aula está llena de material para experimentar, de seres vivos, de libros y de ordenares. El profesorado trabaja en equipo, se ayudan y se esfuerzan para hacer crecer al alumnado (con todo lo que implica crecer, que no es poco). Las familias están invitadas a la escuela abierta por alegría. El maestro o la maestra sólo pone los recursos para que l@s niñ@s aprendan. Porque nosotr@s no enseñamos, nosotr@s ayudamos a aprender, o eso es lo que yo intento. En la escuela abierta por alegría, cada crío y cada cría hacen lo que realmente les apetece, y el resultado es el aprendizaje. Después comparten con lo demás lo vivido y entre tod@s se sacan unas conclusiones. En la escuela abierta por alegría hay oportunidad para explicar inquietudes y para aprender a soñar. Tod@s ayudamos al resto para desear y para cumplir sus deseos.

Quizá penséis que es una utopía. Yo sólo sé que es mi sueño. Y recordemos: los sueños parecen imposibles, pero no lo son.


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