jueves, 7 de abril de 2011

Malditos estereotipos. Bendita diversidad.

No uso medias.
No tengo ningún calzado con tacón.
No tengo plancha del pelo.
No tengo secador.
En mi casa nunca ha habido suavizante.
No uso tanga.
Sólo me maquillo el fin de semana, y únicamente los ojos.
Nunca he tenido maquillaje para la cara.
No tengo pantalones de pitillo.
Jamás me he teñido el pelo.
No tengo tetas y aún así soy feliz.
No me pongo cremas, a no ser que mis piernas sangren de deshidratación.
He oído por lo bajini como otras chicas hablaban de la masculinidad de mis chanclas.
Nunca me he pintado las uñas, nunca me he hecho la manicura, pero siempre he tenido las uñas lo suficientemente mordidas para no arañar.
Me depilo las cejas una vez al año.
No sé lo que es una mascarilla.
Soy la peor vestida entre mis compañeras de trabajo.
Mis posturas no son femeninas.
Repito vestido en las bodas.
Nunca me gustaron las Barbies.
Mis pantalones siempre son vaqueros. Mi calzado siempre es cómodo.
Odio ir de compras.


Pero ser mujer no tiene nada que ver con eso.

Hay millones de formas de ser mujer: uno para cada una de nosotras. Los estereotipos sólo sirven para que nos duelan los pies, estemos incómodas y sobrevaloremos cosas que en realidad son las que menos importan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario